domingo, 20 de septiembre de 2009

No se da cuenta

...él sufre pero no se da cuenta. Con el tiempo se ha convertido en un fanático de su propia moral. Se dice ateo, pero tiene más fé que nadie, tiene fé en sí mismo y en lo que profesa. Cree que si actúa de acuerdo a su discurso, el paraíso que él mismo construyó para después prometerse será suyo. No tiene tiempo de dudar, de sufrir, de llorar o de reprochar, no se da cuenta de que no es suficiente estar bien con él para ser feliz, no se da cuenta de que sólo cree en las palabras arbitrarias de un individuo cualquiera. No se da cuenta de que él también tiene el derecho de actuar como un ser humano.

domingo, 19 de julio de 2009

Humildad

La humildad no es una actitud, es un acto...
...¿es humilde aquel que al menos apto le dice "no soy mejor que tú"?, no lo creo. Humilde es aquel capaz de ofrecerle a quién no puede su tiempo para ayudarle a ser mejor, humilde es aquel que puede olvidarse de su "grandeza" para enfocarse en desarrollar la de los demás; no es humilde el cretino que va por la calle diciendo "No, la verdad es que no soy tan bueno" mientras piensa para sus adentros lo contrario. La humildad no es adjetivo que se gane con la boca, es un título que se alcanza trabajando doble turno.

P.D. Sí, para muchas cosas soy mejor, ¿y qué?, aún así soy humilde.

domingo, 17 de mayo de 2009

Democracia

Hace pocos días, concretamente el viernes 8 de mayo, de manera meramente fortuita me encontré en una situación bastante peculiar. Estuve frente al edificio del congreso mientras se llevaba a cabo la votación que terminaría por arrojar resultados a favor de la nueva ley en contra del aborto, mientras estuve ahí pude observar las protestas de los grupos activistas que apoyaban cada una de las posturas, así como la interacción de los mismos con los legisladores representantes de sus intereses en aquellos momentos. Dejo esta nota como referencia. http://www.milenio.com/node/212291
Hubo cánticos y comentarios condenatorios provenientes de ambos bandos; tanto de las personas que refunfuñaban de lo que ellos decían "un acto que atenta contra la vida", como de aquellas que defendían eso a lo que a través de sus palabras le daban forma de "libre maternidad". Y vaya que es una discusión seria, tan seria que a mí parecía sobrepasarme por completo. Es decir, aunque ciertamente tengo una postura respecto al tema, no creo que mis argumentos puedan demostrar cuál de ellas es mejor o peor, ya que discutir sobre la vida nos remonta a cuestiones filosóficas aún sin respuesta que se han atacado desde tiempos bastante remotos, cuestiones como ¿qué es estar vivo? y ¿cómo alguien pasa de no estar vivo a estarlo? (y viceversa). El punto es que, a pesar de la seriedad del tema, me fue posible distraerme un poco para poder notar la habilidad con la que los políticos involucrados en la discusión recolectaban votos para sus causas futuras; por medio de argumentos estúpidos y banales, la mayor parte de ellos pretendieron ponerse en los zapatos de militantes de aquellos grupos activistas para "compartir su dolor" o "comprender lo sustancial de sus ideas". Qué imagen, gente incapaz de centrarse en buscar una solución a un problema en el que debatían sobre vidas humanas (ya sean mujeres o niños), me dio cierta tristeza pensar que ese es el tipo de gente en el que, aunque sea circunstancialmente, recae parte del destino de muchas personas.
Y aún así me dicen que la democracia es lo mejor, que es "lo más efectivo". La democracia esta pensada para poder perseguir lo mejor para una sociedad en un sentido general. Por desgracia, el concepto de la misma se basa en supuestos que no se cumplen para nuestra cultura inmadura y primitiva, la democracia supone que la gente sabe lo que es mejor para ellos, y aquí, sinceramente, no se piensa en ejercerla de esa manera, no nos detenemos a pensar lo que realmente es mejor, nos vemos idiotizados por el sensacionalismo irresponsable con el que se aborda la política en este paísillo trompetero (no quiero sonar malinchista, de hecho pienso así de la manera en que se maneja el mundo en general); ¡Yo voto por los que no quieren el aborto!, ¡Yo por los que sí!, vaya criterios, ahora resulta que es tan fácil decidir quién es el más apto. Primero se tiene que concientizar a la gente, se tiene que enseñar y aprender lo que es la democracia, y el mecanismo que se implementa para que se concrete. Es por eso que antes de que yo crea en la "democracia" que se profesa en esta sociedad, será necesario reformar muchas cosas desde arriba y, ¿saben que es lo más irónico?, que esta misma situación me aleja de creer en los que están "arriba". Y escribo arriba entre comillas por que mejores no son, al menos no mejores que yo, me es difícil pensarlos arriba en algún sentido, y espero que mucha gente crea lo mismo.
Sinceramente me dan lastima aquellos cretinos que pretenden creer en la democracia al mismo tiempo que la venden o compran como cualquier otro producto; ¡ah, note usted que él es el mejor por que llevó despensas a la gente pobre!. Esa democracia literalmente bañada en oro, en puro cochino materialismo, en intereses momentáneos y, por desgracia, en la explotación de necesidades básicas como fuente de sufragios. En otras palabras, y dejándonos de formalismo, no puedo creer en la democracia de un pueblo (o una especie) que alberga todavía a tantos pendejos, y vaya que son pendejos, pendejos con honores diría yo, y es que hace falta ser de esos para no ser capaces de darse cuenta, o para desentenderse, de lo que sus decisiones le hacen a las demás personas.
No creo en la democracia y eso no me hace menos, ni me hace malo, no es mi culpa no ser parte de la mayoría, no es mi culpa preferir sufrir los "problemas" económicos y sociales un poquito más, no es mi culpa que prefiera apenas poder satisfacer mis necesidades básicas a tener que andar haciendo circo detrás de aquellos que se dicen aptos por ser "buenas gentes", no quiero verme inmerso en este juego de niños queriendo ser grandes, mejor me quedo inmerso en mi amor por aprender y saber, en mi espíritu de poeta y en mi cursi romanticismo, mientras tenga cosas como éstas no habrá crisis que me lastime ni bandos que me quebranten. El hecho de que mis metas no sean para nada materiales me libera completamente de estos problemas, sólo estaré aquí sobreviviendo para intentar comprender el mundo tanto como pueda por que eso para mí vale más que todo el "bienestar" económico que pueda obtener, eso me hace feliz y ser feliz (como en el comercial) no tiene precio.
"Aquellas personas que se dedican a pensar y a disfrutarlo pueden alcanzar lugares a los que no se puede llegar de ninguna otra manera. La gente que no, puede preguntarle a éstas cómo son esos lugares, pero, incluso contando con la mejor descripción, nunca podrán degustarlos en su totalidad."

(Pido disculpas por utilizar palabras tan rígidas en algunas partes, espero que no por eso dejen de verlo sólo como una opinión)

sábado, 28 de febrero de 2009

...y después...

...apenas terminaba con aquello, entró sin permiso un recuerdo por la puerta de la cocina. Presto se hizo dueño de un espacio entre mi pecho y mis brazos. Con un tono suave cantó a mis oídos notas de colores, colores de los que, en toda mi vida, a pocas personas les he podido escuchar hablar. Luces capaces de fundir dentro de su forma tanto majestuosidad como modestia, una fusión hasta entonces totalmente desconocida por mí. Eran haces de ideas hechos música; similares en virtud y belleza solamente a la voz suave que las depositaba despacio dentro de mi cabeza. Aquella voz que, de no haber renegado algún día del cielo, pude haber adjudicado al más bello de los ángeles, cosa que seguramente habrían hecho todos aquellos que nunca han vestido el hábito de ateo. Apenas podía concebir el contraste entre su abrupta irrupción en mí mundo y la calma con la que entonces cobijaba mi espíritu. Incluso llegué a pensar que ya no había relación alguna entre lo que ahora me llenaba de luz desde el interior de mi abrazo y aquello que, segundos antes, había sido arrojado dentro, a través de la puerta, a causa del viento y de mis deseos.

Algo más...

¡Soy un ser conciente!, un ente tan versátil y amorfo que no tiene la capacidad de describirme; puedo disfrutar del arte, del amor, de la euforia y de la nostalgia; puedo entender, pensar, resolver e imaginar... sin embargo, es una vaga idea que se desprende de esto último lo que da lugar a la esencia de lo que soy, ¡tengo la capacidad de creer que puedo hacer todo lo que pueda imaginar!.
Fui bendecido con la capacidad de soñar, y con las habilidades necesarias para, irónica y paradójicamente, atentar en contra de la razón y la sensatez que me hacen sentir tan afortunado. Así puedo apelar a la necesidad de cualquier justificación para intentar aterrizar cada uno de esos descabellados sueños sobre el terreno de mis ganas y mi voluntad. Por ello puedo vivir en esta eterna locura de perseguir a cada momento la romántica idea de la felicidad.
Tengo la obligación de explotar esta vida, de saborear cada cosa que me ofrece, de experimentar en detalle las sensaciones que mi existencia me permite percibir. La obligación de exigirme hacer más, en las cosas que considero importantes, porque cada vez que puedo justificarme por dejar de hacer algo más soy yo quien pierde.